Kate Moss por Mario Testino
He aquí un extracto de una de las conferencias que impartió Umberto Eco
en la Universidad de Harvard en los años 92 y 93 y
en la Universidad de Harvard en los años 92 y 93 y
que luego se convirtió en el libro "Seis paseos por los bosques narrativos":
"A
veces la coincidencia de los tres tiempos (de la fábula, del discurso y
de la lectura) se persigue para finalidades muy poco artísticas. No siempre la
dilación es índice de nobleza. Una vez me planteé el problema de cómo
establecer científicamente si una película es pornográfica o no. Un moralista
contestaría que una película es pornográfica si contiene representaciones
explícitas y minuciosas de actos sexuales. Pero en muchos procesos por
pornografía se ha demostrado que ciertas obras de arte contienen tales
representaciones por escrúpulos realistas, para pintar la vida tal cual es, por
razones éticas (en cuanto que se representa la lujuria para condenarla) y que,
en cualquier caso, el valor estético de la obra redime su naturaleza
obscena. Como es difícil establecer si una obra tiene de verdad preocupaciones
realistas, si tiene sinceras intenciones éticas, o si alcanza resultados
estéticamente satisfactorios, yo he decidido (después de haber examinado
muchas películas hard core) que existe una regla infalible.
Hay
que controlar si en una película (que contiene también representaciones de actos
sexuales) cuando un personaje sube a un coche o en un ascensor, el tiempo del
discurso coincide con el de la historia. Flaubert puede emplear una línea para
decir que Frédéric estuvo mucho tiempo de viaje, y en las películas
normales se ve una persona que se sube a un avión para verlo llegar en seguida
en el plano sucesivo. En cambio, en una película porno si alguien se sube al
coche para ir diez manzanas más allá, el coche viaja diez manzanas. En
tiempo real. Si alguien abre la nevera y se sirve una cerveza para bebérsela
más tarde en el sofá después de haber encendido la televisión, la acción lleva
tanto tiempo como el que les llevaría a ustedes hacer lo mismo en sus casas.
La
razón es bastante sencilla. Una película porno está concebida para complacer al
espectador con la visión de actos sexuales, pero no podría ofrecer hora y media
de actos sexuales ininterrumpidos, porque es fatigoso para los actores, y al
final llegaría a ser tedioso para los espectadores. Hay que distribuir,
pues, los actos sexuales en el transcurso de una historia. Pero nadie tiene
intención de gastar imaginación y dinero para concebir una historia digna de
atención, y tampoco al espectador le interesa la historia porque espera
sólo los actos sexuales. La historia queda reducida, pues, a una serie
mínima de acontecimientos cotidianos, como ir a un lugar, ponerse un abrigo,
beber un whisky, hablar de cosas insignificantes, y es económicamente más
conveniente filmar durante cinco minutos a un señor que conduce un
automóvil que implicarlo en un tiroteo a lo Mickey Spillane (que, además,
distraería al espectador). Por lo tanto, todo lo que no es un acto sexual
debe llevar tan to tiempo corno lo lleva en la realidad. Mientras que los
actos sexuales tendrán que llevar más tiempo del que normalmente requieren en
la realidad. He aquí la regla: cuando en una película dos personajes emplean,
para ir de A a B, el mismo tiempo que emplearían en la realidad, tenemos la
certidumbre de encontrarnos ante una película pornográfica. Naturalmente, son
necesarios los actos sexuales, si no, una película como Im Lauf der Zeit
de Wim Wenders, donde se ve prácticamente durante cuatro horas a dos personas
viajando en un camión, sería pornográfica, y no lo es."
Umberto Eco, Seis Paseos por
Los bosques narrativos, 1996.
pp. 71-72