Por Kalton
Bruhl
Gustavo
Campos es un escritor multifacético (narrador, poeta, ensayista, periodista,
crítico literario) que nació en 1984 en la ciudad de San Pedro Sula. Por su
edad, escapa de los esquemas generacionales propuestos hace algunas décadas por
Galel Cárdenas y Helen Umaña: la generación del 84, denominada
“posvanguardia” (los nacidos entre 1954 y 1983) y los que llamaron
tempranamente como “los novicios” (nacidos después de 1984). Gustavo Campos,
debido a su edad, es un escritor considerado “fronterizo” debido a que
participa entre ambas generaciones del esquema anteriormente propuesto.
Este
escritor, escapista de etiquetas, recién se adjudicó el Certamen
Centroamericano Permanente de Novela Corta 2016, en su séptima edición, que
convoca la Sociedad Literaria Hondureña (Soliho) junto a la Dirección Ejecutiva
de Artes y Cultura. Ya antes lo habían ganado dos hondureños, Jorge Medina
García y Kalton Bruhl, y un guatemalteco y nicaragüense; asimismo dos
certámenes fueron declarados desiertos.
La novela
con la que ganó el certamen se titula “El libro perdido de Eduardo Ilussio
Hocquetot”. Esta, como comenta el autor, ya había recibido menciones en dos
certámenes anteriores. En el Concurso de Narrativa de la editorial barcelonesa
Ediciones Oblicuas, en 2014, y cuyo jurado la valoró positivamente y recomendó
su publicación. En 2016, el mismo libro quedó entre las cinco obras finalistas
del Premio Centroamericano de Novela Roberto Castillo 2016, siendo jurado al
novelista y poeta Manlio Argueta (salvadoreño) y el periodista y sociólogo
Óscar Núñez Olivas (costarricense).
Campos, por
su parte, destaca en el ambiente literario nacional y centroamericano. El
escritor, crítico literario y director de maestría de la Universidad Pompeu
Fabra de Barcelona Jorge Carrión (finalista del Premio Anagrama de Ensayo 2013)
lo incluyó en un listado de 50 autores de América Latina y España que a su
juicio consideraba como los más representativos de la producción literaria
joven de la lengua en nuestra época. Su objetivo era elaborar una antología del
futuro de la literatura en español. Dentro de su selecto grupo desfilan nombres
importantes de la literatura actual: Elvira Navarro, Rita
Indiana, Santiago Roncagliolo, Rodrigo Hasbun, Alejandro Zambra, Lucía
Puenzo, Andrés Neumán, Maurice Echeverría, entre otros.
En el 2011,
el novelista Sergio Ramírez (Premio Alfaguara 1998; Premio José Donoso 2011 y
Carlos Fuentes 2016 y Premio Cervantes 2017) lo incluiría en un par de antologías, tanto de poesía como
de narrativa como uno de los mayores exponentes de la literatura
centroamericana y del caribe en la actualidad.
Una lectura
y relectura a los estudios realizados por distintos escritores y académicos
sobre la obra de Campos podría resumirse en que el autor incursiona en el
“intersticio intergenérico y cuyos repuntes lúdicos encuentran sus
realizaciones más logradas en los juegos literarios. Las repetidas menciones de
autores y obras, las continuas citas, los juegos de palabras, de estilos, de
tramas, en mezcla heteróclita con referencias comparables a la música, la
fotografía, el cine, hacen de los textos órbitas de renitencias de
intertextualidad literaria y multimedial” (H. Leyva). El escritor hondureño
publicado en Tusquets, León Leiva Gallardo, considera la novela galardonada
como “un texto formidable y atrevido”, donde el autor tiene mayor seguridad en
sí mismo y logra en sus juegos y provocaciones “mayor aplomo” en el tono
juguetón y burlón del libro.
Gustavo
Campos es un escapista de la literatura misma. Lo que lo convierte, en este
mundo posible de contradicciones, en un escritor original. No busca hacer
literatura sino obras. En resumidas cuentas, ha decidido, siendo original, no
serlo, mantenerse condenado a elegir la mejor connotación. Honesto es. Y
seguirá siéndolo. Su exploración seguirá abriendo espacios y tiempos tras los
bastidores y las fronteras del lenguaje.
Fuente: Diario La Tribuna
Fotos: Ulises Alvarado.
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