"Siento
que otros, y no yo, son capaces de escribir una buena novela. Y sé que para
emprender esa travesía del desierto que es escribir una novela hay que empezar
por lo menos con la ilusión de que uno será capaz de no morirse de sed en el
intento. Aunque no estoy seguro ni siquiera de esto: Javier Cercas, Rosa
Montero y el mismo Vargas Llosa insistieron en que uno siempre debe seguir adelante,
y escribir y escribir, así se ahogue en la mitad del océano. Pienso hacerles
caso: escribir una novela es de todos modos una aventura fascinante; incluso
una novela fallida nos puede decir mucho sobre lo que somos realmente. Un
entusiasmo como el de Vargas Llosa es capaz de devolverle la fe al más
escéptico."
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