Museo de Antropología e Historia. 2011.
He aquí el fragmento de una vieja entrevista que hace poco más de 4 años
hizo el padre Fausto Leonardo al poeta Óscar Acosta, donde el tema de las preguntas es el auge de la generación de narradores y poetas de la Costa Norte que hoy por hoy está constituida por algunos nombres como Jessica Sánchez, Murvin Andino, Giovanni Rodríguez, Otoniel Natarén, Carlos Rodríguez, Gustavo Campos, y de más reciente inclusión, Darío Cálix. Es a esta generación a la que se refiere el poeta Acosta. Antes que ellos, otros nombres como Mario Gallardo, Dennis Arita -narradores- y Jorge Martínez, José Antonio Funes y Marco Antonio Madrid -poetas- son quienes destacan.
F.L.H.: Por otra parte, desde principios de década de este siglo
XXI ha habido en Honduras un despertar considerable en el ámbito literario,
tanto en la Costa Norte como en el interior del país, ¿a qué se debe este auge,
qué juicio amerita esta pujante pléyade de poetas y narradores?
O.A.: El auge de poetas y narradores de la última década,
particularmente en la Costa Norte, es un fenómeno que hay que tener presente,
hay que estudiar eso de las generaciones. Ortega y Gasset y Julián Marías dicen
que las generaciones se dan cada diez y quince años. Los jóvenes van
escribiendo diferente a como escribieron los anteriores, porque hay
aparentemente como un rechazo a escribir como fulano de tal como poeta, sino
que voy a escribir un poco diferente. Entonces, cada diez o quince años viene
esa oleada de poetas jóvenes y de narradores jóvenes. Cuando fui a San Pedro
Sula me presentaron a unos cinco muchachos que están escribiendo y tienen sus
talleres. Eso me sorprende. De vez en cuando me visitan o vienen a dejarme aquí
sus libros.
F.L.H.: Yo no sé si en el pasado se había dado una generación de
narradores y poetas como el de la última década y que además están organizados;
con gran capacidad de divulgación con sus propios sellos editoriales y con
Internet como medio divulgativo de todas sus hazañas.
O.A.: Esto es un acontecimiento nuevo en el panorama literario
hondureño. En el pasado éramos lobos esteparios, solitarios. Cada uno hacía su
propia voz. Pero por ejemplo, aquí en Tegucigalpa está un grupo que se llama
“Paispoesible” y en la Costa Norte está el grupo “Mimalapalabra”, que es un
grupo realmente nuevo.
F.L.H.: Siguiendo el hilo de la conversación respecto a la nueva
generación de escritores, ¿qué valoración hace usted del trabajo que están
haciendo los poetas y narradores hondureños de nuevo cuño, los cuales
sobresalen por sus publicaciones, su divulgación impresa y también en internet?
O.A.: Yo creo que eso es beneficioso, porque ese árbol de la
literatura necesita que lo hamaqueen, ¿verdad? Y que caiga frutos, así podremos
saber si son amargos o no. Porque estuve en San Pedro Sula, hace como unos dos
años, y conversaba con Julio Escoto y Armando García, que había un grupo de
muchachos que era irreverente, que iba contra todo, que era más bien como
destructivo. No me parecía a mí que se burlaran de los grandes maestros, que
para qué leer a Darío, que para qué leer a Huidobro, a Vallejo, que son
cascarones vacíos. Eso me parece, más bien, que era una pose, porque la poesía
es un ejercicio serio. La poesía no es para mofarse ni de la literatura
tampoco, sino que es una tarea muy noble. Yo sí creo en el respeto.
Tegucigalpa, 4 de marzo de 2010.
Blog del Padre Fausto Leonardo Henríquez
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