martes, 15 de noviembre de 2011
Sobre Roberto Calasso y David Foster Wallace
20 preguntas a María Eugenia Ramos. Por Letras libres
Entrevista a mi amiga María Eugenia (dije que repetiría 20 veces "mi amiga" -ja, ja, ja-) en Letras Libres con motivo del FIL. El 29 y 30 estará en dicho Festival. Espero que me traiga un par de antologías extras: Puertos abiertos. Antología del cuento centroamericano y Puertas abiertas. Antología de poesía centroamericana (última donde también aparezco).
Entrevista. Por 25 secretos literarios.
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1. ¿Escribir sobre lo público o lo privado?
Siempre hay una mezcla entre lo privado y lo público. Cuando escribimos de un asunto público mezclamos elementos de la vida privada, ya sea nuestra o de los demás, y cuando se escribe sobre la intimidad siempre hay un contexto público detrás.
2. ¿Escribir de día o de noche?
Mi ideal sería escribir de día, pero ahora depende de las condiciones.
3.¿Cuál es la obra literaria más sobrevalorada?
En general se sobrevaloran aquellas que se escriben como sobre una plantilla, apelando a los ingredientes que “venden más”, como el sentimentalismo, que es distinto al sentimiento y a la sensibilidad.
4. ¿Y la injustificadamente olvidada?
Entre las muchas obras que merecerían reeditarse está la del escritor ruso Vladimir Korolenko.
5. ¿La obra maestra que nunca ha leído y quizá ha dicho que sí?
Hay muchas obras maestras que no he leído, lo confieso con culpa. Recuerdo Ulises, de James Joyce. Tenía que leerla y escribir un ensayo sobre ella, y le dije al profesor que ya lo había hecho, pero no era cierto. Nunca pude terminarla.
6. ¿Cuál es el secreto literario mejor guardado?
¡En América Latina somos 25!, según la FIL. Pero sin duda hay muchos más esperando ser descubiertos.
7.¿Hace daño el culto al escritor?
Hace mucho daño el culto a la personalidad, cualquiera que sea. Desde luego que es más dañino el culto a la personalidad de un político.
8. ¿Cómo reaccionaría si descubriera miles de copias piratas de sus libros en el mercado negro?
No creo que eso pase, pero si fuera el caso, buscaría los recursos legales necesarios. “Clonar” un libro para una clase porque no se puede comprar es entendible y muchas veces necesario, pero hacer copias para negocio es una barbaridad.
9. ¿El Estado debe pagar para que los escritores escriban?
Las becas y estímulos son necesarios, siempre y cuando no se concedan por motivos políticos o de compadrazgo, sino por méritos.
10. ¿La “escritura creativa” puede aprenderse en un taller?
Pueden aprenderse las herramientas, pero el talento no se puede aprender.
11. ¿Qué es un best-seller?
Un producto de consumo con excelente mercadeo, no necesariamente una buena obra.
12. ¿Qué hábito envidia de otro escritor?
La disciplina, porque yo no la tengo.
13. ¿Qué eslogan propondría para una campaña nacional de lectura?
La frase ha sido muy utilizada, pero me gusta: “Apaga el televisor y enciende tu cerebro”.
14. ¿Si fuera libro cuál sería?
Me gustaría ser Las mil y una noches, en una edición muy bien cuidada y con hermosas ilustraciones. Pero me conformaría con ser un libro más pequeño, siempre en una edición muy buena.
15. ¿Cuál fue el primer libro que robó o debió haber robado?
En mi adolescencia, mi padre era editorialista en un diario, y yo acostumbraba llegar a su oficina después del colegio. Mientras lo esperaba para irnos a casa leía cualquiera de los libros que tenía esparcidos sobre el escritorio. Una vez comencé a leer uno que si mal no recuerdo era una novela, donde aparecía la descripción de unas torturas cometidas por los nazis, incluyendo el uso de perros para violar prisioneras. No se me ocurrió llevármelo y lo dejé para retomar la lectura otro día; pero cuando regresé, mi padre lo había escondido. Es el único libro que no me dejó leer, y siempre me he preguntado qué libro sería, porque no puedo recordar el nombre, así que a lo mejor debí habérmelo robado.
16. ¿Raya los libros?
Sí, a veces, para destacar una frase que me gusta mucho. Pero si es una edición muy cuidada, en buenos materiales y con buen diseño, no lo hago.
17. ¿Con qué cliché literario se (le) identifica?
Si construir una realidad propia es un cliché, entonces con ese me identifico.
18. Si estuviera en su poder ser obedecido como gobernante, ¿qué regla le impondría a los ciudadanos?
No son los gobernantes quienes deben ser obedecidos, sino las leyes, especialmente cuando son justas. Pero una regla que ojalá toda la ciudadanía aprobara sería hacernos responsables por nuestros niños, los animales y la naturaleza
19. ¿Qué muerte célebre, de algún personaje real o de ficción, le gustaría tener?
Sé cuál no me gustaría tener, la de Don Quijote, porque murió de tristeza, convencido de que sus hazañas habían sido locuras. Es decir, murió de haberse doblegado ante el convencionalismo.
20. Si este es su último aliento, ¿cuáles son sus últimas palabras?
“¡Pero si vengo empezando...!”
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María Eugenia Ramos (Honduras, 1959)
Estudió periodismo y literatura en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, donde labora actualmente. Ha trabajado como editora en organismos no gubernamentales, internacionales y en programas educativos alternativos. Participó en el Festival Internacional de Poesía de Medellín y el encuentro "América Latina, Tierra de Libros", auspiciado por el Instituto Italo-Latino Americano con sede en Roma. Su obra ha sido incluida en diversas antologías de literatura hondureña y centroamericana.
Libros publicados: Porque ningún sol es el último (Ediciones Paradiso, 1989), La visión de país en Clementina Suárez y Alfonso Guillén Zelaya (co-autora) (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2002),Los contenidos informativos en la radio y la televisión de Honduras: una aproximación (Comité por la Libre Expresión, 2006), Una cierta nostalgia, (Editorial Guardabarranco, 2000, Editorial Iberoamericana, 2010).
Fuente: Letras Libres
sábado, 12 de noviembre de 2011
No amanece igual para Todos. Cine hondureño.
Nueva película hondureña se estrenó ayer 11 de noviembre de 2011 en los cines de San Pedro Sula y Tegucigalpa.
TEGUCIGALPA
PLAZA MIRAFLORES. SALA 4. Tandas: 1:00, 3:00, 5:00, 7:00 y 8:50 pm
METROMALL. SALA 6. Tandas: 1:00, 2:50, 4:50, 6:50 y 9:00 pm
SAN PEDRO SULA
MEGA PLAZA. SALA 4. Tandas: 1:00, 3:00, 4:55, 6:55 y 8:55 p.m.
viernes, 11 de noviembre de 2011
Aute apura el tiempo en su "isla" madrileña
El cantautor y pintor, enfrascado en una serie de óleos de formas circulares, debuta como escritor infantil con Giraluna
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La casa-estudio madrileña del cantautor y pintor Luis Eduardo Aute (Manila, 1943) es el sueño de cualquier chamarilero: tallas e imágenes religiosas, muebles del sudeste asiático, una columna... Sorprenden hasta el baño -donde un puñado de sombreros de purpurina roja de cabaré decora una pared- o el recibidor, en el que un monaguillo policromado a escala natural pide un donativo ("me lo regaló un amigo porque dice que se parece a mí"). Su taller de pintura no se queda atrás. Asemeja en su estructura a un vivero y no falta de nada: un teclado, esculturas, dos autorretratos, posados de modelos desnudas... Últimamente comparte el estudio con su hijo pequeño, quien, pudoroso, da la vuelta a sus lienzos para no mostrarlos. "Lo pasamos bien juntos". Aute trabaja desde hace tiempo en la serie pictórica Pompas, pezones, planetas y huevo frito, con las formas circulares como nexo temático. Como circular son la Luna y el girasol -que mira al satélite y no al sol- que protagonizan Giraluna (La Galera), su primer cuento infantil, que sale ahora a la venta ilustrado por él. Un canto a la defensa de las ideas y a la curiosidad.
En sus conciertos antes de cantar Giraluna el músico contaba esta pequeña historia a modo de presentación. Encandiló a su agente y a su editora que le propusieron convertirlo en un disco-libro (que canta en catalán en la edición en esta lengua). "Ni siquiera es un cuento, es una ocurrencia. El texto es más bien para mayores, aunque lo entiendan los pequeños. No sé qué puede ocurrir ahora dentro de la cabeza de un niño. Mis hijos son mayores y no tengo nietos. Dexter debe ser algo muy ligero para ellos. Lo que he intentado es que tuviese una estética intergeneracional". Dibujar con pocos elementos -el Sol y un mar de girasoles- y sin dramaturgia le ha resultado "complicado". "Los indignados son nuestros giralunas. La luz después del túnel. La gente joven, ecléctica, no está adormecida. La vida ha vuelto a la calle", se felicita.
Aute, que prefiere definirse como "amateur" más que "profesional", prosigue con su gira del disco Intemperie (2010) y escribe la sexta entrega de la serie de los animales "poemigas" para Siruela. Casero, habla su tagalo de infancia con los camareros filipinos de los restaurantes chinos de la zona y "baja" a Madrid "seis o siete veces al año" pese a vivir en Fuente del Berro, a 15 minutos andando de la Puerta de Alcalá. "Vivo en una isla dentro de un barrio y hago la vida alrededor. A veces te despiertan los pavos. A los toros voy andando, a Barajas y Atocha por la M-30... Viajo mucho y cada vez me queda menos tiempo".
Fuente: El País
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En el disco Alas y balas (2003) aparece "Giraluna", la cual supongo es la misma historia que menciona la nota en El País. Desde que la oí me encantó tanto como me ha ocurrido con la mayoría de sus canciones. Suena como a canción de cuna y está cargada de cierta ternura. Me pregunto cómo serán los dibujos que ilustran el libro.
Letra:
Hay quien sueña con los ríos
que conduzcan a El Dorado
hay quien sueña con las fuentes
de la Eterna Juventud
Hay quien sueña con el Oro
del Becerro idolatrado
y quien sueña con la Alquimia
que haga del vicio, virtud...
Pero yo que no pretendo
fortalezas ni fortuna,
sólo un sueño soñaría...
entre un mar de girasoles
buscaría un Giraluna
que velara y desvelara
cada noche la otra cara
de la luna...
gira, gira Giraluna,
gira, gira, gira, luna
gira, gira y mírame...
Hay quien sueña con el trueno
de la caja de Pandora
hay quien sueña con el rayo
redentor del Santo Grial
Hay quien sueña con Olimpos
donde no entre el mal de Aurora
y quien sueña con androides
más allá del Bien y el Mal.
Hay quien sueña con el tacto
de la mano del rey Midas
hay quien sueña con la piedra
del poder filosofal
Hay quien sueña con cruzadas
contra infieles en guaridas
Y quien sueña con arenas
en la Meca celestial
Haz que vea el haz de luz
gira gira Giraluna,
gira gira gira,luna
de la cara de tu cruz.
Negrito. Marta Gómez
Letra:
Un negrito se ha pintao` entera la carita de blanco
Y el corazón lo ha engañao’ al verse todo pintao’
Hasta al diablo le ha rezao’ pa`amanecer despintao’
El susto de verse blanco hasta el hambre le ha quitao’
Y el negrito se arrepiente de haber querido ser blanco ay, ay,ay.
Ay negrito anda laváte! Que negrito tú has nacido’
Ay negrito anda laváte! Que negrito tú has nacido’
Ay negrito anda laváte! Que negrito tú has nacido’
Y negrito has de morir, ay, ay, ay…
Un negrito se ha pintao’ entera la carita de blanco
Y el corazón le reclama por haberlo traicionao’
Pensaba que al verse blanco la vida le había cambiao’
Que iba a conseguir trabajo
Que todo había mejorao’
Pero ahorita solo piensa:”ay, porque quise ser blanco”
¡'ay, ay, ay!
Louis Armstrong - When You're Smiling
When you're smilin'....keep on smilin'
The whole world smiles with you
And when you're laughin'....keep on laughin'
The sun comes shinin' through
But when you're cryin'.... you bring on the rain
So stop your frownin'....be happy again
Cause when you're smilin'....keep on smilin'
The whole world smiles with you
(instrumental break)
Oh when you're smilin'....keep on smilin'
The whole world smiles with you
Ah when you're laughin'....keep on laughin'
The sun comes shinin' through
Now when you're cryin'.... you bring on the rain
So stop that sighin'....be happy again
Cause when you're smilin'....just keep on smilin'
And the whole world gonna smile with
The great big world will smile with
The whole wide world will smile with you.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
El Carácter Destructivo. Walter Benjamin
Puede ocurrirle a alguno que, al contemplar su vida retrospectivamente, reconozca que casi todos los vínculos fuertes que ha padecido en ella tienen su origen en hombres sobre cuyo «carácter destructivo» está todo el mundo de acuerdo. Un día, quizás por azar, tropezará con este hecho, y cuanto más violento sea el choque que le cause, mayores serán las probabilidades de que se represente el carácter destructivo.
El carácter destructivo sólo conoce una consigna: hacer sitio; sólo una actividad: despejar. Su necesidad de aire fresco y espacio libre es más fuerte que todo odio.
El carácter destructivo es joven y alegre. Porque destruir rejuvenece, ya que aparta del camino las huellas de nuestra edad; y alegra, puesto que para el que destruye dar de lado significa una reducción perfecta, una erradicación incluso de la situación en que se encuentra. A esta imagen apolínea del destructivo nos lleva por de pronto el atisbo de lo muchísimo que se simplifica el mundo si se comprueba hasta qué punto merece la pena su destrucción. Este es el gran vínculo que enlaza unánimemente todo lo que existe. Es un panorama que depara al carácter destructivo un espectáculo de la más honda armonía.
El carácter destructivo trabaja siempre fresco. Es la naturaleza la que, al menos indirectamente, le prescribe el ritmo: porque tiene que tomarle la delantera. De lo contrario será ella la que emprenda la destrucción.
Al carácter destructivo no le ronda ninguna imagen. Tiene pocas necesidades y la mínima sería saber qué es lo que va a ocupar el lugar de lo destruido. Por de pronto, por lo menos por un instante, el espacio vacío, el sitio donde estuvo la cosa que ha vivido el sacrificio. Enseguida habrá alguien que lo necesite sin ocuparlo.
El carácter destructivo hace su trabajo y sólo evita el creador. Así como el que crea, busca para sí la soledad, tiene que rodearse constantemente el que destruye de gentes que atestigüen su eficiencia.
El carácter destructivo es una señal. Así como un punto trigonométrico está expuesto por todos lados al viento, él está por todos lados expuesto a las habladurías. No tiene sentido protegerle en contra.
El carácter destructivo no está interesado en absoluto en que se le entienda. Considera superficiales los empeños en esa dirección. En nada puede dañarle ser malentendido. Al contrario, lo provoca, igual que lo provocaron los oráculos, instituciones destructivas del Estado. El más pequeño burgués de todos los fenómenos, el cotilleo, tiene lugar sólo porque las gentes no quieren ser malentendidas. El carácter destructivo deja que se le entienda mal; no favorece el cotilleo.
El carácter destructivo es el enemigo del hombre-estuche. El hombre-estuche busca su comodidad y la médula de ésta es la envoltura. El interior del estuche es la huella que aquél ha impreso en el mundo envuelta en terciopelo. El carácter destructivo borra incluso las huellas de la destrucción.
El carácter destructivo milita en el frente de los tradicionalistas. Algunos transmiten las cosas en tanto que las hacen intocables y las conservan; otros las situaciones en tanto que las hacen manejables y las liquidan. A estos se les llama destructivos.
El carácter destructivo tiene la consciencia del hombre histórico, cuyo sentimiento fundamental es una desconfianza invencible respecto del curso de las cosas (y la prontitud con que siempre toma nota de que todo puede irse a pique). De ahí que el carácter destructivo sea la confianza misma.
El carácter destructivo no ve nada duradero. Pero por eso mismo ve caminos por todas partes. Donde otros tropiezan con muros o con montañas, él ve también un camino. Y como lo ve por todas partes, por eso tiene siempre algo que dejar en la cuneta. Y no siempre con áspera violencia, a veces con violencia refinada. Como por todas partes ve caminos, está siempre en la encrucijada. En ningún instante es capaz de saber lo que traerá consigo el próximo. Hace escombros de lo existente, y no por los escombros mismos, sino por el camino que pasa a través de ellos.
El carácter destructivo no vive del sentimiento de que la vida es valiosa, sino del sentimiento de que el suicidio no merece la pena.
Discursos interrumpidos I
Prólogo, traducción y notas de Jesús Aguirre
Editorial Taurus
lunes, 7 de noviembre de 2011
Alternativa nostálgica (y falsa). G. Perec
O bien arraigarse, encontrar o dar forma a las raíces de uno, arrancar al espacio el lugar que será el nuestro, construir, plantar, apropiarse milímetro a milímetro de la “propia casa”: pertenecer por entero a nuestro pueblo, saber que uno es de la región de Cévennes o de Poitou.
O bien no llevar más que lo puesto, no guardar nada, vivir en un hotel y cambiar a menudo de hotel y de ciudad y de país; hablar, leer indiferentemente cuatro o cinco lenguas; no sentirse en casa en ninguna parte, pero sentirse bien casi en todos los sitios.
(fragmento)
jueves, 3 de noviembre de 2011
Perec versus Monterroso
Europa
Una de las cinco partes del mundo.
Viejo continente
Europa, Asia y África
Nuevo continente
¡Eh, chicos, que nos han descubierto!
(un indio que acaba de ver a Cristóbal Colón)
(Especies de espacios. George Perec)
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El eclipse
Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.
Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.
Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.
martes, 1 de noviembre de 2011
Especies de espacios II. George Perec.
El campo es un país extranjero. Esto no debería ser así, pero lo es; habría podido no ser así, pero así ha sido y así será siempre: es demasiado tarde para cambiar cualquier cosa en este sentido.
Soy un hombre de ciudad; he nacido, he crecido y he vivido en una ciudad. Mis costumbres, mis ritmos y mi vocabulario son costumbres, ritmos y vocabulario de un hombre de ciudad. La ciudad es lo mío. En ella estoy como en mi casa: el asfalto, el cemento, las verjas, la red de calles, la grisalla de las fachadas que hace perder la vista, son cosas que pueden extrañarme o escandalizarme, pero igual que podría escandalizarme o extrañarme, por ejemplo, la extrema dificultad que hay en querer ver la propia nunca o la injustificable existencia de los senos (frontales o maxilares). En el campo no me escandaliza nada; convencionalmente podría decir que todo me extraña; de hecho todo me deja más o menos indiferente. Aprendí muchas cosas en la escuela y sé que Metz, Toul y Verdun formaban los Tres Obispados, que delta es igual a b 2 menos 4 a c, y que ácido más base da sal más agua, pero no aprendí nada sobre el campo, a menos que haya olvidado todo lo que aprendí. Incluso he llegado a leer en algún libro que los campos estaban poblados de campesinos, que los campesinos se levantaban y se acostaban al mismo tiempo que el sol y que su trabajo consistía entre otras cosas, en abonar, en margar, en barbechar, en desbarbechar, en fertilizar, en rastrillar, en cavar, en escardar, en vinar o en trillar. Las operaciones a que aluden estos verbos para mí son más exóticas que las que dirigen por ejemplo la revisión de una caldera mixta de calefacción central, dominio en el que sin embargo no estoy versado en absoluto.
(fragmento.)
Tímidos anónimos (Les emotifs anonymes). Un film de Jean-Pierre Améris.
Jean-René, heredero de una antigua fábrica de chocolate, y Angélique, una talentosa maestra bombonera, son dos grandes tímidos unidos por su enorme pasión por el chocolate. Entre ellos pronto surgirá un flechazo, pero su extrema timidez los mantiene alejados. Obligados por las circunstancias, deberán superar juntos su falta de confianza y, entre dulces recetas, revelar sus sentimientos.
Crítica
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El amor en tiempos de paranoia
José Arce
Comedia romántica que consigue arrancar carcajadas en el espectador al plantear un amor plagado de paranoia, nervios, indecisiones y miedos compulsivos. La pareja central, estupenda, impulsa una película tan dulce como recomendable.
Angélique (Isabelle Carré) es una de las mejores chocolateras del mundo, pero lo mantiene en secreto porque es una introvertida patológica. Jean-René (Benoît Poelvoorde) está al mando de una fábrica chocolatera, pero lo pasa fatal constantemente porque es un miedoso patológico. El segundo contrata a la primera: un cóctel emocional explosivo. Jean-Pierre Améris dirige “Tímidos anónimos” (ver tráiler), estupenda comedia romántica que llega del país vecino con bastantes cosas que ofrecer a los incondicionales del género… y a los que no lo son. Porque es una película de lo más original, aún dentro de los parámetros en los que discurre.
«Lo importante del chocolate es la amargura». Y lo es desde su propio argumento, firmado a cuatro manos por el cineasta en colaboración con Philippe Blasband; por supuesto, en sus medidas básicas es totalmente previsible, pero el camino que recorre la pareja central hasta concretar su relación está salpicado de paranoia, nervios, sudoraciones excesivas y desmayos, marcando un crescendo cómico desde el primer beso ─las motivaciones de ambos son hilarantes─ al último. “Tímidos anónimos” invita además a saltarse las normas, justificándose en el hecho de que la felicidad marca precios que, por altos que sean, todos deberíamos estar dispuestos a pagar ─en semejante entorno de ficción literalmente edulcorada, por supuesto─.
En constante rebelión contra sí mismo, el gran Benoît Poelvoorde está fabuloso, logrando sacar de quicio a un espectador evidentemente favorable a que consiga su sueño anhelado, concretado en la simpática, no tan endeble y pintoresca silueta de una igualmente estupenda Isabelle Carré; arropando a los casi imposibles tortolitos, secundarios y extras notables alegran constantemente una narración rápida, presentada con eficacia y sencillez, con un tono amable y sostenido que acaba por poner los dientes largos ante semejante despliegue de bombones y derivados de suculento aspecto y texturas. Una combinación de contrastes entre dulzuras y amarguras por la que da gusto dejarse llevar.
Trailer: