domingo, 26 de febrero de 2017

Todas las Mayras en Mayra. Por Gustavo Campos

"La belleza está por encima de la lógica"

Nahún Rodríguez

Roto ya todo lo íntimo en mí,
he de saberte andar, mundo.
Mayra Oyuela 

En los primeros poemarios de Mayra Oyuela las imágenes invaden y sacian (atiborran) su discurso poético, aunque en sus poemas encontramos pasajes que se apoderan de nosotros. Esos versos corresponden a una irrupción espacial instantáneo y no discursivo, lo que Pound definiría como un “complejo intelectual y emocional en un instante de tiempo”, habiendo, en sus primeros poemarios, la prescindencia del concepto racional del tiempo, pues el orden lógico del discurso narrativo se ha yuxtapuesto. Por otra parte, es de esa vitalidad y afluencia poética desde donde reflexiona desde hace 8 años cuando publicara el poema “Tranviaria”: “No necesito ser el poeta sino el poema/ la belleza está por encima de la lógica de cualquier poeta”. El tiempo ha pasado y con él ha llegado la madurez de la poeta Oyuela. Si antes observábamos cierto descuido en la elaboración conceptual y musicalidad de sus versos, efusivos, que, sin embargo hacían eco y movimiento de estos tiempos posmodernos, ahora hacen gala de un mejor balance fónico y metafórico, con mayor cuidado; de corte iconoclasta, pero siempre bajo ese diálogo del hombre/ mujer con su tiempo. Ahora, en su nueva poética, su voz se ha vuelto introspectiva, que se complementa con sus transparentes tonalidades. Hector Leyva, en “La emoción moral en la escritura lírica” del libro Imaginarios (sub) terráneos, y Helen Umaña, en La palabra iluminada, destacan que aún encuentran en las propuestas actuales resquicios de lo que han denominado, ambos, una “visión abrumadora de la vida” y “sobrepeso existencial”, una “capacidad de volcarse al autoanálisis” y “desazón existencial”, lo que el siguiente fragmento nos pone en horizonte: 

Roto ya todo lo íntimo en mí,
he de saberte andar, mundo,
con los puños cerrados en señal de auxilio y no de defensa
cerrados para llevar en ellos el resto de aire
que no supo caber en mis pulmones.
En la imperfección está lo bello.

A sus 34 años se enfrenta a un diferente estímulo creativo, complementario. El efecto de la madurez en Mayra es manifiesto y ha convertido su poesía en un medio vivo, consistente y avanzado desde un punto de vista, y, por otro, desconcertante y formidable, y en su poemario “Agua mala”, el laconismo y contundencia aparecen en la mayor parte de su libro, el cual se divide en tres partes. Es música. Timbran sus palabras. Repercuten. Analizan. Reflexionan. Hieren. Y es a esta poeta, como diría Eliot, donde recae cierta gloria, la gloria de cualquier nación que es producir un arte que pueda ser exportado sin que avergüence su lugar de origen. Los lectores de poesía lo sabemos. La hemos redescubierto. Ya no estamos ante los aciertos de algunos versos -como diría Pepe Luis Quesada en un auto prólogo a su antología de poesía La memoria posible en un acto de honestidad y humildad que, aseguraba, un verso recordado es como un mundo ganado- sino ante el trabajo de alguien que no solo causa agrado, sino que debe respetarse como una gran artista. Y ella es una de las voces que mejor representan no solo a la poesía hondureña actual sino a la regional, y, me atrevo a decirlo, a irse integrando de una vez entre las voces más significativas y sustanciales de Latinoamérica. "Cuando la cima queda en el fondo del mar" hace uso magistral de un paralelismo rítmico, en direcciones opuestas, ambos personajes son reflejo del otro: el agua como elemento reflector; pero también de una hondura reflexiva que puede paladearse entre susurros para captar su musicalidad. En el caso de "En mí las aguas que recorren la ciudad" concluye con una inesperada equiparación mesiánica con nuestra historia actual como referente, sin volverse referencial, adquiere unafuerza que ya le auguro un sitio en nuestra memoria. Claro que estas palabras las escribe su amigo, pero un amigo que siempre ha demostrado franqueza y honestidad en sus comentarios cuando del oficio se trata. He aquí, Mayra Oyuela, su técnica, su voz y sus medios (y miedos). No me extraña que un gran poeta como León Leiva Gallardo, y acucioso lector, haya emitido ese juicio sobre uno de los poemas antologados en Transfronterizas. Tampoco está de más mencionar a Elena Salamanca como una de las piezas claves en la selección de poesía centroamericana. A Carmina Estrada y Elena Salamanca mis agradecimientos por su avezado ojo lector. A Kalton Bruhl y Juan Ramón Martínez por abrir este espacio de difusión de las artes y la cultura. 

Nota: Magdiel Midence, Martín Cálix, Rolando Kattan, Salvador Madrid, Dennis Ávila, 
Karen Valladares, Ludwing Varela, 
inmediatamente antes que ellos Fabricio Estrada, Rebeca Becerra, Murvin Andino, entre otros, son parte de esta doble fluctuación generacional.


Mayra Oyuela: una de las voces poéticas más importantes de su generación



En octubre de 2016 la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por medio de su editorial Ediciones de Punto de Partida, publicó la antología Transfronterizas/ 38 poetas latinoamericanas, compilada por la editora Carmina Estrada. La revista Punto de Partida lleva dedicándose más de una década a la difusión de las nuevas producciones de las generaciones actuales (menores de 40 años). 

En el prefacio a Transfronterizas, la antóloga acota que son “varias las muestras antológicas de poesía y narrativa que han elaborado: de Alemania, Argentina, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Italia, Puerto Rico y República Dominicana; y de distintos estados de la República Mexicana.” Todo un trabajo académico con propósitos muy bien definidos.

La presente antología que reúne a 38 autoras latinoamericanas fue presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2016, una de las 40 actividades que ofreció la UNAM entre presentaciones de libros, encuentros y novedades literarias.

La Máxima Casa de Estudios permitió que los asistentes conocieran la oferta editorial de la universidad con la venta de 2 mil 500 títulos, 750 de ellos novedades editoriales de distintas temáticas. Estas actividades fueron organizadas por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM. Algo de lo que deberían tomar nota las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) cuya oferta editorial no sobrepasa los 10 títulos al año. Lo cual nos indica que sigue siendo vigente la opinión del escritor argentino César Aira sobre que Honduras es “un país que no daba -ni da- mayores oportunidades al cultivo del intelecto”, pese a la reforma universitaria y su “nueva faceta académica”.

Son 11 las poetas centroamericanas incluidas en la antología. Entre ellas la costarricense Paola Valverde, la nicaragüense Alejandra Sequeira, la salvadoreña Elena Salamanca, la panameña Mar Alzamora, la guatemalteca Carmen Lucía Alvarado y la hondureña Mayra Oyuela (1982), todas nacidas entre 1980 y 1993.

¿En qué contribuye la publicación de esta antología? En varios aspectos. Uno de ellos, según los editores, es que no se trata de un libro “feminista” en el sentido convencional. Es una compilación que sirve como puente poético que borra el espacio fronterizo de toda una región hispanohablante donde convergen solidaridades y nuevos espacios de identidades multiculturales. Su impacto es importante porque suprime condiciones negativas de los mercados editoriales como la marginalidad en la que viven sumisos muchos de los países con índices bajos de lectura e ingresos per cápita irrisorios. Lo que la compiladora ha llamado “Transfronterizas” no es sino una dinámica que crea nuevos flujos de discursos poéticos y permite difundir lo que se escribe actualmente en América Latina. Todo ello corresponde a una especie de comunicación transfronteriza. Es una “publicación de un conjunto heterogéneo de voces que habitan una historia compartida y transitan el territorio de la lengua castellana”. Según Michel Serres, en estos tiempos donde la información y el saber fluye no puede hablarse nuevamente de fronteras, puesto que el antiguo principio se rompe y en este nuevo mundo se está dentro y fuera simultáneamente. Así que damos por acertadísimo el título de la antología. También cabe agregar que Ricardo Piglia, en Crítica y Ficción, propone a los escritores como estrategas en la lucha por la renovación literaria, en las que incluye algunas condiciones constantes como las ideológicas, teóricas, políticas y culturales; la misma Carmina Estrada hace mención de ello en el prefacio al libro al “reivindicar las preferencias o su gusto personal pero consciente de un factor tangencial determinante a la hora del proceso de selección”.

En el caso particular de Honduras, los poemas compilados de la poeta Mayra Oyuela -única hondureña incluida- la reafirman como una de las voces más importantes de su generación, no solo del país sino a nivel hispanohablante. Ya en 2011 había sido incluida en la antología del Fondo de Cultura Económica de México “Puertas abiertas” que compiló el Premio Alfaguara y Premio Carlos Fuentes: Sergio Ramírez. No en vano el poeta y novelista publicado por Tusquets, León Leiva Gallardo, hizo un breve y muy acucioso comentario sobre "Vi a una mujer emerger de la piedra", uno de los poemas incluidos en la antología Transfronterizas: “es un excelente poema, intrigante, lleno de implicaciones no muy fáciles. Me impresiona el final que propone una nueva noción del "creacionismo" y lo dispone como es, de hecho. La mujer es la creadora, no la que nace de una costilla partida del hombre. El hombre, en este versado paraíso, nace de una partícula imperfecta que surge de su polvo. Se me hace que en un momento de misandria la poeta pensó que la partícula debía ser "imperfecta", curiosamente, lo que siempre se ha pensado de la mujer, según la cultura judeo-cristiana.


Vi a una mujer emerger de la piedra
vi a la piedra emerger de la mujer
vi su furia de tierra
su fuga de arena
su derrame de viento nostálgico.
Vi la distancia entre ambas
el abismo de los siglos
la mueca torcida en el golpe seco
de los confines.
Vi la tribulación,
lo cíclico de un mundo brotado de la tierra.
Pero la piedra que brota de una mujer
sabe vencer las masas de tiempo que la acongojan,
sabe lijar la fe del agua que labra la hendidura.
Para que sangre la piedra
primero debe sangrar la mujer
para que sangre la mujer
primero debe comer de la tierra
su partícula más imperfecta
y así parir hombres húmedos
que surjan de su polvo.


Cuando la cima queda en el fondo del mar
y el fondo es la cúspide de un universo oculto
porque este mundo de paradojas
asemeja la cima de un hombre
que escala a la inversa de otro que se hunde.
Porque la muerte de un hombre
no es sólo la muerte de uno, sino la muerte de todos los hombres.
Porque vivir es la causa
porque en paralelo vamos
dos que se buscan
y están de frente sin verse.
Dos corrientes en mutuo acuerdo
una gota que ronda el cielo
y otra que roza al suelo.
Y el centro de la vida es un árbol a la orilla de un río
Y no saber si las tristezas son más hondas que sus raíces
o es más hondo su reflejo


Toco el fondo del agua.
Hundido está en este vaso
todo mi ser.  
La verdad está arrepentida
Abatida la verdad
como una máquina de pájaros moribundos
que atraviesan mi sombra.

He tocado el fondo del agua
Lo he hecho.   
un bosque enfermo de lluvia negra son los recuerdos
un viento que silba muerte
un huracán oscurecido de arena son los recuerdos  
Reinos giratorios
golpean el infinito cuerpo proscrito del polvo.
Y me embosca un espasmo,   
y me embosca un ciclón.

Y nadie
absolutamente nadie
puede argumentar
que este sol hundido en mi pecho le pertenece.

Corrupto está mi amor
entre la tristeza y el olvido.

He tocado el fondo del agua
la fiebre profunda de un maremoto
atraviesa mi sombra
una máquina de pájaros moribundos



A Berta Cáceres

y olvido el agua del primer instante
Ahmad Al-Shahawy

En mí las aguas que recorren la ciudad:
agua subterránea
etérea
que desdibuja el paso de las gaviotas.
Agua eterna que labra la roca
difusa
agua que rompe en aguas.
Dramática agua
que come polvo
y recorre espaldas.
Agua que tatúa flores en las manos
desbordada.
Agua que limpia el barro de mis botas.
Acá toda el agua:
agua de miedos
de ahogos
de tinieblas.
Agua que aniquila
y bebe de sí misma
agua simplemente
agua viva o muerta.
Agua Zarca.
Agua que sangra agua.


-----------------------------------------------


Mayra Oyuela
(Tegucigalpa, Honduras, 1982).
Poeta y gestora cultural. Ha publicado dos poemarios: Escribiéndole una casa al barco, Ediciones Il Miglior Fabbro, 2006; Puertos de arribo, Festival Internacional de Poesía de Costa Rica, 2009; En preparación su poemario inédito “Agua mala”. Sus textos han sido incluidos en las siguientes antologías: Recopilación poesía andante, Editorial Pez Dulce, Tegucigalpa, 2004; Selección de poesía joven centroamericana Pez Dulce, 2005; Versofónica, 20 poetas 20 frecuencias, proyecto de audio, Tegucigalpa 2006; Papel de Oficio, Colectivo Paíspoesible- Secretaría de Cultura, 2006; 2017 Nueva poesía contemporánea, Buenos Aires, Argentina, 2009; 4M3R1C4: Novísima poesía latinoamericana 2010; Cantos de Sirenas, compilación iberoamericana de poesía femenina 2010, Cascada de palabras Cartonera 2010; Puertas abiertas. Antología de poesía centroamericana, FCE, México, 2011. Ha participado en los principales festivales internacionales latinoamericanos y en el Festival internacional 2010 Poeta por km2, Arrebato editores, Casa de América, Madrid, España. Textos suyos han sido traducidos al italiano y al catalán.



Por Gustavo Campos

viernes, 24 de febrero de 2017

Una cierta nostalgia: persistencia en el tiempo y en la memoria

Gustavo Campos  [1]




[1] Gustavo Campos, escritor, editor y promotor cultural hondureño (1984). Ha publicado poesía, relatos, novela y artículos periodísticos y de crítica literaria. Su obra figura en numerosas antologías de narrativa y poesía publicadas en Honduras, España, México, Estados Unidos y Francia. Ha obtenido diversos premios literarios, entre ellos el premio único en el VII Certamen Centroamericano de Novela Corta (2016), otorgado por la Sociedad Literaria de Honduras. La crítica y profesora universitaria guatemalteca Beatriz Cortez ha incluido una de sus obras en la cátedra que imparte en la Maestría en Literatura Centroamericana de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Kalton Bruhl: entre la reescritura, la frivolidad y el humor. Gustavo Campos



 Por Gustavo Campos
El crítico y teórico literario estadounidense Harold Bloom nos dice en Cómo leer y por qué que el interés auténtico por la lectura debe comenzar como un placer. También hace énfasis en que para recuperar el placer de leer cuando se ha perdido o no se ha inculcado hay que desvincularlo de cualquier asomo de obligación o de expectativas ideológicas que generen falsas esperanzas de que lo que leamos nos procurará un cambio social. A esto él lo llama un fraude del conocimiento.
¿Pero qué ocurre cuando los libros a los que nos acercamos parecieran distanciarnos de nuestra realidad? Estos mundos paralelos del oficio de reescribir la historia y la literatura y los mitos no pertenecen a esta época. Ya antes otros artistas, escritores, músicos, pintores, lo han hecho. Recuérdese entonces la obra maestra de Leonardo da Vinci,  La Mona Lisa, pintada entre 1503 y 1504, y que luego reprodujera magistralmente Marcel Duchamp, integrante del movimiento dadaísta, agregándole un bigote y una perilla con lápiz en 1919 y cambiara su título por L.H.O.O.Q. cuyo significado en francés sería el de «Elle a chaud au cul». En literatura, Miguel de Cervantes Saavedra haría lo mismo con El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en respuesta a las novelas caballerescas. Podemos rastrear a otros escritores como el caso del poeta romano Catulo nacido antes de Cristo. Así, en esta línea, por la que también pasan Juan José Arreola, Marco Denevi, Augusto Monterroso, y en Honduras Óscar Acosta, Rigoberto Paredes, Juan Ramón Saravia y Nery Alexis Gaitán, por mencionar algunos, que incluso se adentran en mundos fantásticos.
En el presente libro Kalton Bruhl no deja de hacer uso de esos recursos de inversión/subversión de los mitos y agrega a cada historia ese bigote duchampiano a obras que ya creíamos agotadas, revistiéndolas de nuevos significados.
La intimidad de los recuerdos constata, una vez más, esas «artimañas» del autor a quien tampoco se le escapan otras artes y recurre como cinéfilo y fan de novelas serie B y de ciencia ficción a la desacralización y juego constante entre esos mundos. He aquí su demostración de ese humor característico de él: los escenarios se confunden/ funden entre religión y mito y ciencia ficción, lo onírico y delirante son otros temas explorados fundando de este modo una “imaginería” propia, de la que los jóvenes no se sienten alejados, sino por el contrario, cómplices de esos breves relatos. Según Sartori nuestra condición de «Homo sapiens» ha sido sustituida por la de «Homo videns». Pero hay algo importante que acotar sobre el humor y las categorías de humor, que suele ser una respuesta de la inconformidad que el autor siente hacia algunas historias o situaciones. A veces este se genera por miedo, lástima o piedad. Desde otro punto de vista más filosófico, lo asocian a la frivolidad, al no encontrarle total sentido a la vida. El frívolo se ríe de todo y es, además, un ser sufriente que se ve obligado a inventar la risa, como lo declara Nietzsche. Esta reflexión nos genera una particular pregunta: ¿a qué se debe que el autor prefiera volver a textos ya antes escritos o historias ya construidas para construir (reconstruir) su mundo? Una pregunta que no me atrevo a responder. Pero que las lecturas atentas a su obra completa nos habrían de mostrar constantes temáticas adonde vuelve una y otra vez (Léase «Los vagones de Kalton Bruhl». Revista Centroamericana Carátula #74 y en la página de la Asociación de Academias de la Lengua Española).
Un importante caso a resaltar, sobre todo para el sistema educativo ya caduco, es que la literatura universal no murió hace más de cien años y que la literatura hondureña tampoco murió en los 40 y con los nacidos en esa década y la anterior. Sigue produciéndose literatura de calidad, narrativa y poesía, en un contexto tan diferente que exige sus propias demandas.
Vivimos en la era posmoderna de la globalización y las tecnologías y en un continuo proceso de intercambios culturales entre las diferentes culturas del mundo. Honduras ya no está aislada. Kalton Harold Bruhl lo sabe. Me aviento a proponer dos características suyas, teniendo más él que le conocerán otras personas, una de ella es que durante un tiempo se le conoció como un escritor solitario, alejado de la farándula y del mundo «intelectual» del que ya forma parte, el que se le ha adherido a su vida como aquel poema de Quevedo: «A su nariz»; por supuesto, absolvámoslo de toda culpa;  el segundo ya antes mencionado: su desaforo humorístico.
Gracias a la culpa ya absuelta de su primera característica, ha sido considerado el escritor joven exportable por excelencia. Incluido en más de un centenar de antologías y acreditándose varios premios de narrativa, entre ellos el Premio Centroamericano de Novela Corta 2011, el reconocido escritor nicaragüense Sergio Ramírez lo incluyó en la antología de la nueva narrativa breve de Centroamérica y República Dominicana Un espejo roto y en su equivalente en alemán Entre sur y norte. Un par de años después, pese a su desconocimiento dentro del país, ha publicado varios libros en España, se le concedió en el año 2015 el Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa, máximo galardón que otorga el Estado de Honduras a aquellos escritores cuyos trabajos literarios tengan trascendencia a nivel nacional e internacional y la Academia Hondureña de la Lengua lo incorporó en sus filas como uno de sus miembros más recientes.

El presente libro contiene historias que nos recuerdan a Augusto Monterroso o a Marco Denevi, pero también hace sus guiños a Jorge Luis Borges, a Hemingway, a Kafka y a personajes e historias bíblicas; en ciertos momentos aborda sus géneros preferidos recordándonos a H. G. Wells o al genial poeta galés Dylan Thomas como en el cuento «La cura». 

Este libro es un libro de múltiples «venganzas» contra la historia. Su narrativa está en permanente rebelión contra el aburrimiento. Se dedica a reescribir algunos mitos. Elogiable atrevimiento el cuento « Identidad» junto a «La familia es primero» y «Formas de evadir la gloria». A veces suele impregnarse de tonos nostálgicos. Y más de alguna angustia prevalece en sus textos. Momentos amargos, de eterno retorno, aparecen en «El pupitre vacío» y la resignación más implacable en «Un café antes del amanecer». Sí, es un pesimista, pero también un humorista que lo lleva a experimentar esa sensación de devolver la vida a aquellos que ya la han perdido, ya sea por medio de apariciones o de experimentos de la ciencia. El cuento «El otro», ya aparecido antes en la antología Kafka (Ediciones Irreverentes, España, 2016) es uno de los que más destacan. Isaac Singer se lee entre líneas.

Algunos relatos recurren en delicada desazón a la familia. Pero aquí está este libro, con historias variadas de este fan de las novelas y películas serie B y de los thriller y ciencia ficción.

Sea usted, querido lector, el que decida con cuál de todos los Kalton Bruhl aquí reunidos desea quedarse. 

Honduras en “Voces de América Latina”. Gustavo Campos



Por Gustavo Campos

Existe una vieja pero muy recordada anécdota sobre la incomodidad de Roman Jakobson sobre la posibilidad de que el novelista ruso Vladirmir Nabokov impartiera clases en Harvard. Jakobson había hecho el siguiente comentario: “a nadie se le ocurriría nombrar un elefante profesor de Zoología”. En otras palabras, hacía una división entre académicos y críticos y escritores. Más de 50 años después persiste esa resistencia generalizada de parte de algunos críticos de defender su trabajo y no permitir intervenciones de escritores. Pero ambos bandos se asemejan en sus “estrategias de apropiación de la literatura”, la cual supone, desde cada punto de vista, que sus lecturas son renovadoras y capaces de identificar nuevas construcciones de tradiciones y contextos, en otras palabras, creen ser “arbitrarios”. Esta historia también salpica a otros creadores muy conocidos como Italo Calvino, Umberto Eco o Ignacio Padilla.

Tal preámbulo no tiene otra intención que abrir un diálogo sobre la literatura latinoamericana del presente. En este caso, la escritora y conferencista dominicana María Farazdel (Palitachi) compiló una antología latinoamericana en tres volúmenes: los primeros dos dedicados a la poesía y el tercero a la narrativa breve, a los que dio el título de “Voces de América Latina”.

Son más de doscientos los autores recopilados: “El Tomo I tiene 19 países con 73 poetas (fuera por el idioma Haití y Brasil). Se recogen estos dos países traducidos en el II y III. El Tomo II tiene 21 países con 82 poetas. El Tomo III tiene 21 países con 49 narradores. Esto completa la trilogía”, confirmó la compiladora.

Las antologías se publicaron en Texas, Estados Unidos, y dos de ellas, las de poesía, se presentaron en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2016. Los tres tomos se integrarán a los estudios sobre Literatura Latinoamericana en la Universidad de Nueva York  Hunter Collage.

María Palitachi afirma que su “objetivo concreto es el de unir voces canónicas y contemporáneas con voces emergentes”. Se sobreentiende que ha investigado, indagado y ha traído una nueva discusión del discurso poético contemporáneo sobre la mesa. Además, “Voces de América Latina” está despojada de esos “pretextos” que las grandes casas editoriales toman en cuenta a la hora de publicar a un autor. Esto supone una descolonización sobre qué debemos leer.

Antologar no es un trabajo fácil, por muchísimos factores harto conocidos, sin embargo, la presente antología plantea un debate importante a nivel continental: es la construcción de un espacio para que todos los textos incluidos puedan ser leídos en el contexto actual, pero lo más llamativo es la creación de un canon o búsqueda de las tradiciones poéticas “dominantes” y por llamarlo así “sumisas” o “relegadas”.

 “La lista de invitados era copiosa y vasta desde el principio”, agrega la antóloga. Además de los escritores invitados echó mano a vastas antologías incluso actualizadas, algunas publicadas en 1980, 1985, otras en 2010, 2012, 2015…

En lo que compete a Honduras, algunos nombres siguen apareciendo como parte de esa literatura actual, no es de extrañarse entonces que en el caso del volumen de narrativa hayan sido incluidos María Eugenia Ramos, quien fue invitada nuevamente a la FIL Guadalajara 2016, Kalton Bruhl, Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa, Gustavo Campos, recién galardonado con el Premio Centroamericano de Novela Corta 2016, y la novedad en el panorama narrativo es Héctor E. Flores, quien, junto a Gustavo Campos, son los que aparecen tanto en poesía como en narrativa. Tanto María Eugenia Ramos, Kalton Bruhl, Gustavo Campos, Jessica Sánchez, León Leiva Gallardo (quien también aparece antologado en “Voces de América Latina” Vol. I) pertenecen a ese grupo que ha participado en Centroamérica Cuenta, el evento más importante de las letras centroamericanas y que sigue realizándose gracias a Sergio Ramírez.

En los de poesía hay novedades y reafirmaciones: Fabricio Estrada, León Leiva Gallardo, Venus Ixchel Mejía, Soledad Altamirano, Evelin Yazmin, Héctor Flores, Murvin Andino, Dennis Ávila, Gustavo Campos.

Según María Palitachi esta es la literatura del presente. En los volúmenes convergen autores como Saúl Ibargoyen, Gioconda Belli, entre otros.


María Palitachi Ha publicado varios libros de poesía y ha sido traducida al inglés, francés y serbio. En Bolivia recibió el galardón de “Embajadora Universal de la Cultura” avalado por la UNESCO, 2014. Además, volviendo al párrafo que abrió este artículo, la vida académica y profesional de la antóloga pasó por (BA) Hunter College, NY. (MA) Fordham University. (P D) Long Island University, CWP).