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miércoles, 31 de agosto de 2011

Vida en vilo. Hernán Antonio Bermúdez.

Hernán Antonio Bermúdez


“El escritor no considera de ninguna manera su trabajo como un medio. Es un objetivo en sí; hasta tal punto (…) que brinda en sacrificio la ofrenda del trabajo y cuando hace falta, su propia existencia personal”. Carlos Marx

No hay un autor que haya dejado un rastro más hondo en la literatura hondureña contemporánea que Roberto Sosa. Ante su ausencia definitiva, ese convencimiento no hace sino afianzarse. Como se sabe, su brillante carrera literaria se vio jalonada por premios y reconocimientos internacionales así como por la traducción de su obra a varios idiomas. Sin embargo, dentro del país no se le ha valorado en la dimensión que merece.

Si bien a un autor se le juzga precisamente por la obra que ha dejado, es necesario decir que Sosa asumió la profesión de escritor no como una actividad secundaria sino como un quehacer vital, es decir, convirtió la literatura en una forma de existencia.

En tal empeño supo combinar su implacable virtuosismo con el sarcasmo y la ironía que constituyen, según Robert Musil, una suerte de profilaxis contra la estupidez de la sociedad.

Se puede afirmar de Sosa lo que dijera Nicolás Guillén del cartagenero Luis Carlos López: “sus versos son los de un gran poeta, amargo, profundo, en quien el sarcasmo es arma ofensiva de superior eficacia”.

Por su parte, Milan Kundera nos recuerda que “la ironía irrita. No porque se burle o ataque, sino porque nos priva de certezas revelando el mundo como ambigüedad”.

No extraña, entonces, que la “sal dulce” (valga ese título oxímoron) de la poesía de Sosa nunca fuera del todo digerida ni su figura integrara el lánguido olimpo de las glorias locales. Es más, Sosa supo disponer los asuntos de tal manera que ni siquiera en ausencia pudieran tocarlo los helados reconocimientos del poder. En esto fue fiel hasta el final a su temple contestatario, ese riesgo que consiguió alejarlo del eterno sainete de la cultura oficial.

Por el contrario, el poeta degustó el habla popular. De allí sus poemas menos literarios y más coloquiales, y aun cuando emplee expresiones callejeras, la fuerza y economía de las formas enriquecen el ritmo de su poesía.

Según Marx, el escritor debe tener la posibilidad de ganarse la vida para poder existir y escribir, pero en modo alguno debe existir y escribir para ganarse la vida. Roberto Sosa tuvo que escribir para ganarse el sustento, e hizo la “travesía del desierto” a fuerza de azarosos menesteres literarios, de labores de editor de revistas, antologías y compilaciones, a menudo desde la “infinita discreción de la humildad”.

Conoció, en consecuencia, sinsabores, dificultades y mezquindades como pocos, y sintió el cerco de la barbarie. Tal es el desfiladero por el que transitan las escrituras de gran calado, que suelen desembocar en el aislamiento y la indiferencia de un ambiente hostil. Y es que, en definitiva, como lo ha demostrado Canetti, es en las palabras donde se encuentra la verdadera rebelión contra el orden establecido.

Que la obra de Roberto Sosa, tras su muerte, se hunda en el olvido o pierda su valor, resulta dudoso, incluso improbable. O, mejor aún, improbable, incluso imposible.

23 de agosto del 2011

martes, 23 de agosto de 2011

Homenaje póstumo a Roberto Sosa.



Universidad Nacional Autónoma de Honduras del Valle de Sula,
el Departamento y la Carrera de Letras,
la Subdirección de Asuntos Estudiantiles, Artes y Deportes
y la Dirección Regional de Cultura Noroccidental

lo invitan al


Homenaje al poeta
Roberto Sosa
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Con la participación de Sara Rolla, Eduardo Bähr, Rodolfo Pastor Fasquelle
y Armando García



Se contará con la presencia de la Sra. Lidia de Sosa y de su hijo Néstor Sosa. Este último presentará al público sampedrano dos antologías que su padre dejó concluidas y que se publican en forma póstuma.



Lugar: Segundo Piso de la Biblioteca UNAH- en el valle de Sula.
Día: jueves 25 de agosto de 2011
Hora: 6: 00 pm.


lunes, 8 de agosto de 2011

"Honduras Poesía Negra". Roberto Sosa


Tegucigalpa, Honduras 27 de julio de 2011.- El 10 de agosto a las 4 de la tarde se presentará la obra literaria “Honduras Poesía Negra” obra póstuma del Poeta Roberto Sosa (Q.D.D.G) en alianza con la Secretaría de los Pueblos Indígenas y Afrohondureños (SEDINAFROH). Este acto tendrá lugar en la sede del Centro Cultural Español de Tegucigalpa.

Con esta creación descubriremos aspectos relevantes del pueblo Garífuna, reflejados en espontaneas composiciones. El diario vivir, los anhelos de los hombres y mujeres, los sueños y la cosmovisión lucen detrás del arma poderosa de la palabra.

La excelsa obra también cuenta con ilustraciones del prestigioso pintor afrohondureño Santos Arzú Quioto, otro nombre grande en el arte hondureño.

“Honduras Poesía Negra”, clasifica a la historia como la última inspiración del monumental autor hondureño Roberto Sosa, en cuya elaboración pasó sus últimos momentos hasta que la muerte lo sorprendió aquella madrugada del 23 de mayo de 2011.

El ímpetu y la pasión de Sosa se encuentran en cada uno de las frases y conceptos de esta creación, ratificando aquél talento superior que lo hizo llegar al más alto nivel de la letra hondureña. No es exagerado decir que Sosa y “Honduras Poesía Negra” se merecen mutuamente, “es una pena que no alcanzara estar con nosotros”, advierte Álvaro Ortega, Director del Centro Cultural Español en Tegucigalpa, financista de la obra.


fuente: sedinafroh

lunes, 23 de mayo de 2011

Fallece el poeta hondureño Roberto Sosa


Tegucigalpa,

Honduras

El poeta hondureño, Roberto Sosa, murió hoy a las 2:20 de la mañana, producto de un infarto.

Sosa, quien había ganado diversos premios a nivel internacional, como el Adonais de España, vivía en New York, Estados Unidos.

Varias de sus reconocidas poesías: Caligramas, 1959; Muros, 1966; Mar interior, 1967; Los pobres, 1969; un mundo para todos dividido, 1971; Secreto militar, 1985; Hasta el sol de hoy, 1987; Les larmes des choses, précélé de masque bas, 1990; Obra completa, 1990; Antología personal, sf.; Los pesares juntos, sf.; Máscara suelta, 1994; El llanto de las cosas, 1995.

También había participado en diferentes congresos latinoamericanos. Tenía estudios de Maestría en Artes, por la Universidad de Cincinatti, Ohio, de EUA.Jurado del prestigioso Premio Casa de Las Américas de Cuba. Catedrático de Literatura y escritor residente en Upper Montclair Collage, N.J., USA. En 1990 es nombrado con el grado de Caballero en la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de la República de Francia.


Tomado de Diario La Prensa