martes, 13 de diciembre de 2011

Sobre antologías del F. C. E.



Había escrito un artículo en relación a las dos antologías del Fondo de Cultura Económica publicadas recientemente y presentadas en el Festival Internacional del Libro en Guadalajara, pero ahora considero que no tiene ningún fin publicarlo. Así que lo mejor será dar vuelta a la página y evitar que siga expandiéndose esa polémica que se ha tejido en torno a ellas y a las entrevistas hechas por mi amigo Carlos Rodríguez a tres escritores de San Pedro Sula, incluyéndome entre los entrevistados.

Lo que sí publicaré es un fragmento del prólogo de la antología de cuento Puertos abiertos:

Hay un cambio generacional de consecuencias profundas, y el viejo reclamo de Yolando Oreamuno ha quedado resuelto, porque la literatura que iba a dar, por un lado, al realismo costumbrista, y por el otro, al realismo socialista, o a la contradicción entre hombre y naturaleza, ya no existe más. No hay anacronismos. Las búsquedas ahora son múltiples, como el lector podrá advertir, y la escritura salta por encima de las casillas tradicionales. Por tanto, los temas son cada vez más diversos, se atienen menos a esquemas prestablecidos y no se ven forzados por los alineamientos.

De quienes aparecieron en la antología de 1973, quedan en ésta sólo unos pocos: Eduardo Bähr y Julio Escoto, de Honduras; Ernesto Cardenal, Fernando Silva (1927) y Sergio Ramírez (1942), de Nicaragua; Samuel Rovinski (1932), de Costa Rica, y Pedro Rivera (1939), de Panamá.

Ésta es, por tanto, una antología del siglo XXI, y nos permite ver el cuento centroamericano lejos ya de sus viejas fronteras. En cada uno de los autores elegidos, una selección necesariamente rigurosa, hemos buscado, antes que nada, la excelencia de la individualidad creadora que se basa en los recursos del lenguaje y la imaginación; es decir, como en toda buena antología, la calidad de la expresión literaria. Y a través de la manifestación de todas estas individualidades, un conjunto en el que necesariamente dominan los escritores nacidos a partir de los años sesenta, podemos advertir los sustratos que nos ayudan a identificar la realidad social contemporánea de Centroamérica en su compleja diversidad.

Los narradores de esta antología nos cuentan historias de seres imaginarios, pero que provienen del mundo real, y pertenecen a una atmósfera donde las vidas privadas son constantemente intervenidas por la vida pública. Es decir, las historias corren siempre por el cauce de la Historia. Porque la literatura no deja de ser nunca una emanación imaginativa de la realidad, que se presenta siempre como un escenario donde las variaciones son dinámicas y curren no pocas veces de manera sorpresiva.

("Inventado realidades", prólogo de Sergio Ramírez)


-----------------------------------------------------------------


¿Qué significa aparecer en una antología?

Cuando le llega la noticia a un escritor de que ha sido incluido en una antología de una editorial prestigiosa, pucha, cualquiera se alegra. Pero una vez publicada, la emoción desaparece y nada más queda la obligación de seguir escribiendo. Y toca nuevamente darle vuelta a la página. Y digo esto porque en lo personal es lo que me ha pasado. Tuve la suerte o privilegio de ser incluido en la antología de poesía centroamericana Puertas abiertas (2011) y sigo siendo el mismo de antes. Nada en mí ha cambiado. Mi rutina es la misma: leer y escribir.

En este mes la Revista Caravelle le dedicará un número a la poesía hondureña. Salen incluidos varios poetas de la zona norte y del resto del país. Una vez publicada, ejemplar en mano, tocará darle vuelta a la página y seguir leyendo y escribiendo. No dejaré de ser el mismo y tampoco mis amigos que salen incluidos en ella. El 2012 será otro año. Habrán otras oportunidades y nuevas exigencias personales en relación a lo profesional.

También he sido invitado a participar en un catálogo-antología del habla hispana que elabora un reconocido escritor y crítico catalán. Y esta inclusión me emociona muchísimo, pero después pasará lo de siempre: darle vuelta a la página. Seguiré viviendo en la misma ciudad, tendré las mismas responsabilidades -o quizás más- y nada cambiará en mi vida cotidiana. Y tocará seguir leyendo y escribiendo.

----------------------------------------------------------



Por último, agradezco mucho a Sergio Ramírez y a Ulises Juárez Polanco por haberme incluido en Puertas abiertas. Antología de la poesía centroamericana.