miércoles, 9 de enero de 2013

Una poética de lo fragmentario.



Los versos entre dientes de Gustavo Campos


“Nunca me conmovió el dolor de un desconocido” o “Mi dolor no es una mariposa”, estas y otras son las frontales aseveraciones que Gustavo Campos pone en ristre para confrontar al lector de su poemario Desde el hospicio, un manifiesto rabioso y entre dientes que hace de la desolación y el abandono su afirmación poética. Gustavo Campos sabe reconocerse en esta contundente visión del acto de creador, dentro del cual lo piadoso es distractivo para arrancarse –literalmente- las fibras que menos contribuyan a la conformación de una estética descarnada, completamente acorde con el signo de estos tiempos; y para ello, con cada poema va expulsando del templo a los mercachifles intelectuales, ya sean estos lectores o escritores, aliterados o esnobistas: “Veo hombres acorralados –nos dice-, algunos por nostalgias, otros por demencia…”. Desde el hospicio puede ser el lugar de retiro de un creador y a la vez el encierro destinado a todos los “ángeles de sobriedad”. Un libro que inquieta, sin duda alguna, sobre todo en medio de la angustiosa búsqueda por la seguridad intelectual. 

Reseña en la revista Nosotros (abril, 2009)