martes, 16 de junio de 2015

Poemas de "El secreto en mis ojos o el ángel que desata el sol". Gustavo Campos


Hilas y las ninfas, J. W. Waterhouse

4


porque sonríes siempre te amo tanto
porque sonríes siempre el cielo es joven y los días felices vuelven
y si viene el día, si por fin viene,
y los dos soles del este resplandecen en tus ojos 
diles que no volverás
y si oyen tu voz como yo la oigo
diles que la voz que oigo no es la tuya
tuya como este día que acaba
en donde los ángeles pierden sus plumas
y los cisnes su brillo
y si aún sonríes
y vuelvo a verte
deja que te ame
y que anhele un cielo joven
y tu voz en mi memoria

18


te construiré una cava y te acercarás a mí
una cava donde entres a mi sangre
te construiré una cava con mis labios
y verás encenderse la última lámpara color vino
y bajarás a ella
como quien desciende al recuerdo
y caminarás sobre una ciudad que te rodeará de vida
y así dejes de pensar
y destruir los cimientos del momento
te construiré un hogar
con mi muerte blanca que va involucionando
en mis labios finos de lino suave como malvaviscos
y rojos como el vino o el delirio
una cava
una
donde al fin
cumplas tus promesas

16


trátala como a una mujer atardecente;
y en sus muslos
sé Aretino el lujurioso
y disfrázate de Bécquer, 
a sus latidos dale un nombre,
y a su cuerpo hazlo tuyo
como has hecho tuyo el mundo;
agradece a Dios por su cuello de mujer
-o a Renoir, que es el otro-,
y por sus senos redondos y calientes,
deja que pase el río
y que el amor se esfume cuando el jadeo llegue




17


he ansiado verte
salir invicta
de un verano sometido a nosotros
he ansiado vencer la arena y las calles y cada rostro
que encuentre repetido
en otros rostros
al avanzar hasta nosotros

27


cada mujer que besé era una ola devuelta de tus labios
y me obstiné en besarlas a todas
como si de verdad besara, y me sintiera amado, 
y besé a todas las mujeres,
virtuosas y rameras,
pagano ante la debilidad,
en ellas el sabor de tus labios se había diluido,
a gotas besé tus labios, a micras los besé,
con cada mujer besada sentí más cerca tu presencia,
iba muy rápido, y amaba,
besaba a todas,
a las bocas pájaros que volaban,
a las bocas peces que me hundían,
a las bocas desamparadas,
y a las bocas agrias,
besé a madres milenarias,
y besé a tu ascendencia y descendencia,
a la mujer del este,
a la mujer del sur, tan cálida
como la del norte,
a la mujer oeste la besé cabalgando rápido
entre las llanuras del pasado,
pero también la besé en los prados
y en auto por las calles,
el futuro había llegado,
de beso en beso, había llegado,
las besé a todas,
y hubo bocas perezosas que
besé de día y de noche;
bajo el agua,
en la orquídea y en los campos bifurcados,
besé a las que parecían relámpagos,
a las que, eternas,
me mostraron una dosis de tus labios,
las besé,
y no sólo besé sus bocas,
también besé sus páginas,
sus huecos, sus moradas,
besé todas las partes donde Dios
se consagró en Dios,
las besé a todas, a manera de avalancha,
besé su ahogo, su espasmo y su espinazo,
besé sus ojos y olfateé sus párpados,
las besé en todas partes;
por momentos 
tu cuerpo florecía en un instante,
pero seguí extraviándote,
y mi boca arrasó con cada cuerpo,
un Armagedón de besos
para hallar a la única mujer que no besé
y por quien besé a todas.

22


labios que jamás besarían estos labios
solo he perdido un nombre
y de haber perdido tanto
tantas cosas
dignas del recuerdo
diría que solo he perdido
si he perdido tu nombre

23


pero yo también tuve derecho a esos labios
y sin embargo besaste a los más fuertes
yo también tuve derecho a tus manos
a tu cuerpo blanco
de Vigée- Lebrun
entre mis manos
tuve derecho a cada rizo
a pronunciar tu nombre
y sin embargo besaste a los más blancos
a esos que no fueron jamás ceniza
ni escombros
ni charco
y pregunté
a los hombres más sabios
que encontré detrás de las colinas
¿por qué tu aroma parisino
y semblante de garza
buscó, siempre, lo más alto?

13

Fuiste el primer verso antes que Madeleine
antes que cayera la colilla del cigarro bajo el décimo árbol
y extinguieran la poesía los poetas del planeta
fuiste el primer verso antes que pudieras dármelo
fuiste el primer verso en mi cabeza
la forma y la apariencia que escondí en palabras
antes de que comenzara la tormenta y emigrara un pájaro
fuiste el primer verso, mi necesidad primera de expresarme,
mi necesidad primera de buscarte y hallarte
los ojos castos que logré esconder de Madeleine
la pureza que escondí de la carroña
el amor que había desprestigiado
por vos inventé un lenguaje y un estado de ánimo
para burlar a Madeleine
y creyera que yo era un hombre desdichado
para burlar a la poesía y creyera que era un poeta nato
para engañar a los amigos que acabaría en un psiquiátrico
fuiste mi mejor pretexto para esperarte
antes que las piedras, flores, árboles y lagos,
fuiste antes porque al esconderte solo yo podía hallarte
porque al no amarte, nadie podría amarte
porque al no amarte nadie, vos podrías, quizás
volver al lado que nos fue destinado
como le ocurriera a Malina en Los inacabados
cuando fue Marissa en un relato apenas bosquejado

2


pero yo te habría construido el mismo muro
y te habría elegido y confinado
a errar del otro lado
yo lo habría construido
como un canto
altísimo
como este amor
te lo habría construido
de un alto telón de lluvias
de nuestra vida
diluida en el aire ciego
como el universo
te lo habría construido
o con tu propia indiferencia

28


De borrador en borrador, 
reescribiendo el mismo poema
durante años,
viéndolo cómo fluía y se escurría cada verso;
durante años lo forjé como un puente,
durante años lo forjé en guerra,
uniendo idea y forma,
pasado y presente,
uniéndolo como un canto de agua que pasa cuando pasa el Sena.

29


No sos una mujer,
sos una fuerza,
y frente
a las derretidas perlas
del Golfo de Fonseca
se extendía la miseria,
y si había oro en ti, lo había en mí,
y eras la vida y eras el sol;
tú, que no eras más mujer,
te convertiste en un país de arena.


30

Invoqué el amor
con sentencia y recelo,
lo invoqué en silencio,
lo invoqué a suspiros;
debido a tu indiferencia
apelé a otras fuerzas,
fuerzas que contra el amor no son fuerzas.



28


De borrador en borrador,
rescribiendo el mismo poema
durante años,
viéndolo cómo fluía y se escurría cada verso;
durante años lo forjé como un puente,
durante años lo forjé en guerra,
uniendo idea y forma,
pasado y presente,
uniéndolo como un canto de agua que pasa cuando pasa el Sena.



Inédito.