Foto: Daniel Mordzinski
Por Gustavo Campos
El encuentro
«La
belleza» fue la primera canción que escuché de Luis Eduardo Aute. Sonaba en las
radios interpretada por Miguel Bosé. Una mañana del 2003 un amigo me pidió que
lo acompañara a la casa de un par de amigas y que le sirviera de Celestino y no
lo abandonara en su misión de conquista. ¡Cuántas veces lo acompañé en calidad
de cómplice de caza! Pero este nuevo «safari» se diferenciaría de los
anteriores gracias a que el hermano mayor de ellas, ex percusionista de Montuca
Sound System, me compartió su biblioteca musical. «Sin tu latido» y «De alguna
manera» venían incluidas. Así supe de Aute y días después descargué sus discos
y lo oí a diario con auténtica devoción.
Una
noche del 2004 conocí a otro fan de Aute, el director de Editorial Letra Negra
quien además tocaba la guitarra. Ambos episodios tuvieron en común que la
nacionalidad de quienes gustaban su música era guatemalteca.
Años
después encontré a otro fan: el artista plástico Mito Galeano.
Una
década después conocí a Luis Eduardo en el Festival Internacional de Poesía de
Granada, Nicaragua. Me acerqué y le dije que en mis libros de narrativa
mencionaba sus canciones y que tenía casi completa su colección de discos más
el DVD Slowly; que siempre tuve por
sueño -hasta la fecha- traerlo a Honduras si alguna vez ganaba un premio
cuantioso que me lo permitiera.
Después
de abordarlo, e incomodarlo, subió al escenario y con gentileza dedicó unas
canciones al joven poeta hondureño que tan entusiasta lo había abordado.
Semanas
después le envié un e-mail diciéndole que me encantaría entrevistarlo. Ambos
volveríamos a encontrarnos en Managua con motivo del encuentro de escritores
Centroamérica Cuenta que preside Sergio Ramírez.
Conversamos.
Me dijo que tendría tiempo disponible la mañana siguiente para realizar la
entrevista. Despertar temprano nunca fue mi fuerte así que la entrevista quedó
pendiente.
La
última vez que lo oí cantar y leer sus poemas de Volver al agua -su obra
completa- fue en La Terraza del Centro Cultural de España en Managua. Pasadas
las siete de la noche, luego de que José Ovejero nos ofreciera un performance
de dos de sus cuentos y que nos hiciera acaso recordar aquella escena contada
por Anaïs Nin sobre su amigo Antonin Artaud cuando éste hacía una
representación del teatro de la crueldad, pasamos al patio, donde «la luna
parecía una guadaña» y su cielo azul como salido de la paleta de Chagal o Van
Gogh. Sobre el público pendía como amenaza un árbol cargadísimo de mangos que
se asemejaban a una estampida de brujas de «los caprichos» de Francisco de Goya
o a aquellos monstruos que acecharon a Orestes en su lecho.
Luis
Eduardo subió al escenario. Exhibieron sus nuevos cortometrajes: Frida, sobre
su cama un cuadro de Stalin, Diego Rivera y Trotsky completan el primer corto,
a los que le siguen uno de Juana de Arco, otro de Magritte y una parodia del
comienzo de Odisea en el espacio de Stanley Kubrick, entre otros. Fue como si a
través de esta secuencia de imágenes Aute quisiera mostrarnos el contraste
entre barbarie y cultura, el genio del artista, o como Halfon lo llama: El ángel literario.
Entrevista completa
Un perro llamado dolor contiene
momentos de una belleza intensa en los que se advierte el riesgo, pero también
la grandeza de los hombres que se han entregado al arte con auténtica pasión.
Ernesto
Sabato
La
producción artística de Luis Eduardo Aute alberga más de una treintena de
discos y similar número de exposiciones individuales y colectivas de pintura en
todo el mundo, poco más de la decena de libros en los que se encuentran sus
poemarios y «poemigas», estos últimos en formato de libro-disco; varios
cortometrajes y un largometraje, dos de ellos nominados a los prestigiosos
Premios Goya y San Sebastián y expuestos en Festivales de cine de Europa y
América. Ha recibido numerosos homenajes musicales –Giralunas y Mira que eres
canalla, Aute–, y poéticos –Poesía
amiga y otros poemigas para Aute– y el reconocimiento unánime del mundo
artístico.
En
sus canciones muestra un amplio conocimiento de la cultura e historia del arte,
en cuyas composiciones hace referencia a libros, música y cine. El amor, el
erotismo y la sensualidad son parte de los temas abordados. Su mundo poético
oscila entre el surrealismo y las expresiones coloquiales. De igual forma en su
obra se entremezclan el humor, la sátira y el sarcasmo con el desciframiento
del «enigma que supone la existencia del animal humano». Aute refleja, según
Bonald, la premisa de que «la poesía que no es divertida es oratoria». Ernesto
Sabato lo comparó con Rimbaud «por su anhelo de poseer la verdad en un alma y
un cuerpo». Fernando Savater se refiere a él como «el pintor de la carne y el
alma de los ángeles que le frecuentan». Y para mí es el músico que puedo oír
durante semanas sin que su música me aburra, gracias a la variedad de
sensaciones y emociones que exploran y producen sus discos.
Esta
entrevista constaba del doble de preguntas como si estuviera destinada a
publicarse en la revista Rolling Stone, lo que asustó a Luis Eduardo. En
respuesta a su desmedida extensión, la tildó, humorísticamente, de
«en-cíclope-dica». Al final, siempre amable, con su lúcida ironía y un sentido
del humor siempre presto a subvertir cualquier aire de seriedad, me hizo
comprender que, a causa de sus innumerables compromisos, su tiempo era poco y
que, definitivamente, debía reducirla. He aquí la entrevista dos veces
postergada en distintos encuentros en los que coincidimos, cuyo objetivo no es
otro más que el de despertar el interés por su obra y trayectoria y para que
Honduras deje de ser el único país centroamericano que Luis Eduardo Aute no ha
visitado.
Papel que jugaron sus padres en su
formación artística.
En
el colegio era un pésimo estudiante en todas las asignaturas salvo en dibujo y
lengua, donde casi siempre sacaba las mejores notas. Siendo consciente de que
tenía una fuerte tendencia a las artes, mis padres me apoyaron en todo momento:
me compraban pinturas, libros de arte, una guitarra… Mi padre tenía facilidad
para la caricatura y me estimulaba para hacer retratos a toda la familia.
¿Qué significó para Aute el éxito de
Aleluya n° 1? ¿Es cierto el mito que circula por las redes que a raíz de esa
canción Paul McCartney escribió «Leit it be»?
El
éxito de «Aleluya» fue mundial, se hicieron versiones en caso todas las
lenguas. La versión en inglés fue adaptada por Sheila Davis e interpretada por
Ed Ames con el título «Who will answer» («quién responderá») que llegó al nº 6
de Superventas en la revista Billboard. La anécdota que relaciona la canción a
«Let it be» de Paul McCartney se debe a que algunos meses después de la edición
de mi canción, McCartney publicaba su «Let it be»… Sucede que, en ese momento,
Gil Beltrán el director de mi compañía discográfica, RCA, se encontraba en
Nueva York en la sede de la Central de la Compañía, y, hablando con el
presidente de la compañía salió el tema de que la canción de McCartney parecía
responder a una serie de preguntas que enunciaba «Who will answer» y parecía que
la canción del Beatle respondía, en su canción, a esas preguntas en la letra.
Es seguro que McCartney escuchó mi canción porque fue, como dije, un éxito
mundial, y, según me contaba Gil Beltrán, no es improbable que así fuera. Es
una tonta anécdota… en todo caso habría que preguntarle a McCartney.
El
éxito de mi canción fue tan desbordante que me pilló muy desprevenido, y en
algún momento me planteaba tomar decisiones en cuanto a seguir con mi trabajo
como pintor que ya empezaba a realizar exposiciones en Ferias Internacionales o
dedicarme a componer canciones y grabar discos. Opté por abandonar la música y
seguir pintando. Así estuve cinco años… En vista de que seguía componiendo
canciones que cantaban otros intérpretes, y estimulado por José Caballero
Bonald para que volviera a grabar, decidí no decidir nada y seguir pintando y
componiendo. Así hasta 1973, año que grabé «Rito» producido por Pepe Caballero
Bonald que trabajaba para la compañía Ariola como responsable del catálogo de
flamenco.
La canción «Enamorarse o morir» la
cierra espectacularmente con una cita de La Divina comedia. Este mismo recurso
lo utiliza en «Slowly». Y si bien recuerdo, en otras canciones.
En
muchas otras… me divierte incluir «citas» de otros autores siempre que añadan
otra perspectiva al motivo de la canción.
En una ocasión le oí decir que la
canción «Mojándolo todo» nació como poema. Cuéntenos al respecto. No está de
más comentarle que «Sin tu latido», «De alguna manera» y el disco Mano a Mano,
a dúo con Silvio Rodríguez, son muy populares en Honduras.
Efectivamente,
«Mojándolo todo» fue, en principio, un poema escrito en verso libre que acabé
poniéndole música.
De todos sus discos, ¿hay alguno en
especial que le haya hecho sentir que todo encaja, melodía, ritmos, vibras,
sintonías, letras… como si fuera un universo cerrado y cósmico?
A
partir de «24 canciones breves», en casi todos, si no, no los hubiera
presentado. Pero, probablemente el disco más «cerrado» en el sentido que me
preguntas, donde junto poesía, música y pintura, es «Templo».
En
una entrevista le oí hablar de varias de sus grandes influencias, entre ellas
Leonard Cohen, Bob Dylan, entre otros. Háblenos al respecto.
Las
primeras influencias fueron diversas. Muy al principio fueron los poetas/compositores
franceses: Brel, Brassens, Ferré… Ellos me descubrieron que la poesía podía ser
cantada. Luego descubrí a Dylan, que también me sorprendió en ese sentido.
También me influyeron la hondura y la sensibilidad «minimalista» de Yupanqui,
la musicalidad de los Beatles… muchos.
¿De dónde provino la palabra
«Albanta»?
«Albanta»
fue una palabra inventada por mi hijo mayor, Pablo. Surge de un poemita que
escribió cuando tenía 4 años, decía así: «Las alas del agua/ vuelan por los
ríos de Albanta».
La
palabra me pareció muy bella y sugerente… Le pregunté qué significaba esa
palabra, y me respondió: «nada, se me acaba de ocurrir».
Leí en Sony music que recientemente
16 artistas le rindieron homenaje, disco al que llamaron «Giralunas» y en el
que viene adjunto un DVD con un mediotraje de 30 minutos. El grupo de artistas
lo integran Natalia Lafourcade, Miguel Poveda, Estopa… Antes había aparecido
Mira que eres canalla, Aute, donde cantan Ana Belén, Fito Páez, Joaquín Sabina,
Pedro Guerra, Jorge Drexler, etc. Qué significa un homenaje para Luis Eduardo
Aute.
Te
puedes imaginar, una enorme satisfacción… y pensar que no fue en balde todo el
trabajo realizado, para algo sirvió.
De todas sus canciones, a cuál
considera como su art poetique.
Tal
vez «La Belleza» … pero ese «art poetique» creo que todavía está por escribir.
Ahora pasemos al cine, a su
experiencia como guionista de Cibeles, que fue galardonado como el mejor guion
experimental del Festival de Cine de San Sebastián.
El
cine siempre me interesó como «arte total» en cuanto a que integra todas las
artes y, además, tiene un lenguaje propio. En algún momento, cuando andaba por
la veintena quise dirigir películas y trabajé en algunas como «meritorio» de
dirección, para conocer el oficio.
Ernesto Sabato dijo que Un perro
llamado dolor «contiene momentos de una belleza intensa». Goya, Dalí, Frida,
Picasso, entre otros pintores, aparecen en ella. ¿La considera su obra más
ambiciosa?
«Un
perro llamado Dolor», mi único largometraje, sólo fue candidata a los Goya de
animación, no recibió el premio. Pues sí, creo que es mi trabajo más ambicioso.
Háblenos de los «poemigas» y de sus
primeros poemarios publicados.
Sí,
son unos textos breves que escribo, un poco aforismos, un poco greguerías, un
mucho juego de palabras… Todos ellos se están recogiendo en la serie
«AnimalHada». Ya hay seis entregas con la aparición, en breve, de «El SEXto
ANIMAL» editado por Espasa-Calpe.
Háblenos de Volver
al agua.
«Volver
al agua» es el título genérico que recoge toda mi obra poética que consta de 3
poemarios: «La matemática del espejo», «La liturgia del desorden» y «Templo de
carne».
¿Cuáles considera que son los temas
que más explora en sus obras de arte?
Todo
lo referente al enigma que supone la existencia del animal humano, todo el
Universo que lo conforma.
A sus pinturas las caracteriza el
erotismo, además del influjo onírico y surrealista, con elementos simbólicos
como peces, pubis, pezones, sangre… ¿Baudelaire, Picasso, Magritte y Chagall
podrían mencionarse como parte de sus influencias?
Sí…
y Marcel Duchamp, Buñuel, Goya, Velázquez, Bacon, García Lorca (sus dibujos),
Lautréamont… y, sobre todo, la poesía de Paul Éluard.
¿El homenaje «Giralunas» y el libro
Volver al agua estarán a la venta en Honduras?
No
lo sé, pero me encantaría que estuvieran distribuidos en Honduras.
Algo que sepa de Honduras o que
quiera compartir o decirle a sus fans de este país.
Lamentablemente,
apenas tengo información sobre Honduras y su actividad cultural… Tengo algún
conocimiento sobre la obra de Juan Ramón Molina, de Jacobo Cárcamo, de Roberto
Sosa… y poco más.
POEMAS DE VOLVER AL AGUA.
DIOS SE LO PAGUE
Ha sido
un combate a vida,
un cuerpo a cuerpo
contra la vida misma.
Desde este cadáver de palabras,
a mi efímera vencedora
suplico
el derecho a ausentarme
durante alguna eternidad
de la mortaja que son sus latidos.
Dios se lo pague.
GÉNESIS
Hízose de sol a sol,
a su propia imagen y semejanza
a base de observarse en la sangre que manchaba
las siete lunas que rompió
en su ceguera.
CON PACIENCIA Y CON SALIVA
Con paciencia y con saliva
se tiró un elefante a una hormiga
muerta
la más triste historia de amor...
¿o no?
COMO LA MUERTE
Como la muerte
la única diferencia es
este tremendo esfuerzo
este tremendo esfuerzo por respirar
VOLVER AL AGUA
Y después
de los fuegos ahogados
por las matemáticas del espejo,
las liturgias del desorden
y otros templos
de mundos, demonios y carne,
cuando ya el crepúsculo
es oro que baña los restos heróicos
de naufragios por venir
y la noche de hielo se presiente próxima,
me apresura la inaplazable sed
de volver al agua,
al origen mismo donde se fraguara
el hierro de la vida,
con la irreductible intención de revivir
desde las húmedas pavesas de lo vivido,
tiernos incendios de olas
en tus sueños,
y en los míos,
feroces océanos de luz
entre humos de espumas olvidadas,
con el soplo apenas
de mi latido
más ávido de ti.
Pero antes,
tendré que quemar con lágrimas
todas las fotografías.
EL TERROR QUE PRODUCEN LAS UÑAS
El terror que producen las uñas
cuando se clavan en el aire
algo así como la pupila ametrallada
por la primera luz después del sueño
como las palabras en su doble trampa
de muro y espejo
como la heroica decisión
de seguir esperando no se sabe qué
cierto que la estupidez
(que posee una peligrosa capacidad
para tomarse a sí misma en serio)
dulcemente asesina
ELEGÍA AL ACEITE DE RICINO
El hombre histórico es un hombre moderado,
construido; el biológico es el origen, lo primero.
-Marco Ferreri-
Me apresuré en emitir un vómito,
¡hélas!
Oh gratuidad de la materialización de una náusea
dadas las circunstancias políticas
no es conveniente ni oportuno.
Esperanza, compañero, confianza,
¡abajo los escepticismos personalistas,
retrógrados e insolidarios!
Vómitos del mundo, uníos
UNO A UNO
y ahogad en bilis pura
a los constructores de futuros.
Que no sean también vuestros jugos gástricos,
alimento para sus calculadas estrategias.
LAS REGLAS DEL JUEGO
No es jugador
quien impone reglas al juego,
es un impostor.
HUEVO O ZIGOTO
Finalmente el principio
del final que empieza
o
la gallina
fue antes que el huevo que puso
fin al principio de la gallina que lo puso.
CAN DE CANÍBAL
Perro te digo perro,
no muerdas, suéltame
un diente
uno nada más
que uno, perro
angular de la Esfera.
EL HÉROE ABSOLUTO
Nunca admitiré tu parca sonrisa.
Mi decisión es firme, rotunda,
irreversible.
Y por defenderla, me comprometo
a pagar con la vida si es preciso.
No.
Nunca admitiré tu sonrisa,
Parca.
NOBLEZA OMBLIGA
Si Dios tuviera cuerpo humano,
con toda certeza no tendría
ombligo.
NO SOY DIGNO
No soy digno, mujer,
no soy digno
de entrar en tu morada.
No debe ser el Paraíso
cueva para el ladrón
encarcelado.
No soy digno, mujer,
no soy digno
de entrar en tu morada
aunque las catedrales
estén llenas de polvo, cenizas
y nada.
No soy digno, mujer,
no soy digno
de entrar en tu morada
porque, como los tiranos,
no querré salir nunca
de ella.
No soy digno, mujer,
no soy digno
de entrar en tu morada.
Es vientre la mar para el pirata
no para el viento que besa
su bandera.
No soy digno, mujer,
no soy digno
de entrar en tu morada.
Lo haría, únicamente,
si me lo pides
indignada.
No soy digno, mujer,
no soy digno
de entrar en tu morada
si me amas, como yo te amo,
sobre todas las cosas.