domingo, 12 de diciembre de 2010

Estar ahí sin mandíbulas ni dientes. Samuel Beckett.


Estar ahí sin mandíbulas ni dientes
a donde se va el placer de perder
con el apenas inferior
de ganar
y Roscelin y esperamos
adverbio oh regalo
vacío vacío salvo unos pedazos de canción
mi padre me ha dado un marido
o al arreglar las flores
que moja tanto como quiere
hasta la elegía
de los cascos herrados todavía lejos de Les Halles
o el agua de la chusma apestando los caños
o que moje sin más
porque es así
que pula lo superfluo
y venga
con la boca idiota y la mano hormigueante
hasta el fondo del ojo que escucha
desde lejos
los tijeretazos plateados

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