Palabras pronunciadas por Hernán Antonio Bermúdez en la presentación del libro "Oscar Acosta: lucidez creativa", el pasado 17 de noviembre.
OSCAR ACOSTA: Lucidez creativa
Este libro surge de la iniciativa de Carlos López Contreras, quien me solicitó colaboración para ensamblarlo. Así, tuve a mi cargo reunir los textos numerados del 1 al 13. Los restantes, del 14 al 21, fueron escogidos por el excanciller López Contreras y provienen del libro “Oscar Acosta, poeta de Honduras”, publicado en 1996 por la Editorial Guaymuras.
Para resumir el contenido de esta compilación de valoraciones múltiples, se ha constatado que Oscar Acosta tiene tres vertientes (o dimensiones) que le hacen memorable y digno de reconocimiento:
-Escritor y poeta.- Su escritura poética se caracteriza por la fluidez y la llaneza verbal, por un lirismo austero, frágil, a menudo al borde de la prosa, hecha con lenguaje simple y frases coloquiales que, sin embargo, adquieren una cierta entonación musical.
Con Oscar Acosta se comprueba, una vez más, que la poesía surge tanto de la depuración y rigor en el uso de las palabras como de la melodía que éstas generan.
En calidad de narrador, le bastó publicar El arca (relatos cortos) para asestarle un golpe demoledor al costumbrismo narrativo al apelar a la fantasía y a la imaginación. Así, incidió en la renovación del cuento en Honduras.
Además, fue el biógrafo de su mentor Rafael Heliodoro Valle y co-autor de varias antologías de poesía y cuento hondureños.
- Gestor cultural, editor de libros y revistas.- Se destacó como un incansable “maestro de obra” y animador de nuestra cultura literaria mediante las publicaciones a su cargo, y la fundación de editoriales, en base a criterios y parámetros exigentes. Con ello logró “elevar los estándares” del material publicado. Fue, además, un constante buscador de autores nuevos o inéditos a quienes generosamente concedía espacios en el circuito que manejaba (diarios “El Día” y luego “El Heraldo”, revistas “Extra”, “de la Universidad”, “de la Academia de la Lengua”, etc.).
-Diplomático.- Representó al país en el exterior con brillo y solvencia. Gracias a su formación y bagaje literarios pudo establecer relaciones fluidas con los escritores y literatos de los países donde estuvo acreditado (Perú, España, Italia). Es más, en Lima (su primer destino diplomático) publicó El arca (1956) y Poesía menor (1957). En Madrid aparecieron su antología Alabanza a Honduras (1975) y Poesía: selección 1952-1971 (1976). En Roma reeditó su biografía sobre Rafael Heliodoro Valle (1981).
Sus estadías en el exterior como diplomático enriquecieron su producción como escritor. Y su condición de hombre de letras le abrió puertas y contactos a su labor diplomática.
En definitiva, el trabajo literario y cultural de Oscar Acosta –lejos de disminuir- continuó y se acrecentó durante su tránsito por la diplomacia, de tal manera que esas tres vertientes suyas son inseparables.
A demostrar ese aserto apunta el libro que esta noche se presenta, en el entendido de que el mejor homenaje a un autor es leerlo.
Gracias.